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Necesitaba un Salvador, porque nací pecador. Cuando Jesús vino a la tierra, era tanto Dios como hombre. Fue a la Cruz hecho de mi pecado y tuyo. Sintió mi vergüenza y mi dolor. No pude hacer nada para quitar el desastre que era, pero eso cambió. Oré para aceptar el regalo gratuito del perdón que Jesús me ofreció. Inmediatamente sentí un amor y una aceptación que me faltaba. Era como la muerte a la vida, o la oscuridad a la luz. Puedo ver el "panorama general" de la vida a la luz de la eternidad porque para siempre estaré con el Señor y mis seres queridos. Eso me da mucha alegría y paz al saber que me reuniré con nuestra niña que ahora está en el cielo. . Mirando hacia el futuro: Patty F

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